Las decoraciones de la artesanía sarda, con sus bordados, crean una especie de alfabeto que se aproxima al simbolismo de un idioma. El aspecto sagrado y popular al mismo tiempo configura sus orígenes. En el pasado, la ropa, la cerámica y los artefactos estaban destinados al comercio en el mercado interior.
Con la unión de Cerdeña e Italia, el inevitable contacto con otras realidades corría el riesgo de contaminar su especificidad.
La innovación en la tradición es el carácter de aquellos que, trabajando en el campo de la artesanía, mantienen intacta la identidad sarda incluso dentro del mercado globalizado y globalizado. Por esta razón, los artesanos de Cerdeña continúan creando artefactos preciosos mientras mantienen las características de la pieza única.